jueves, 31 de mayo de 2007

CHARLES BUKOWSKI, LA SENDA DEL PERDEDOR

Bukowski es para la poesia lo que Godard al cine o Dali a la pintura un rebusirvo mas que necesario heredero directo de los poetas beats como Ginsberg o Burroughs, de Rimbaud o Apollonaire. El ultimo de la generacion maldita de los escritores norteamericanos. Su obra tiene mucho que ver cons sus admirados Hemingway y Henry Miller. Su desgarradora manera de escribir, con un estilo realista y directo es el arquetipo del anti-heroe, siempre de la mano del perdedor. Tambien tiene mucho que ver su manera de escribir con muchos de los llamados escritores beats como Jack Kerouac, con un estilo de relatos cortos casi improvisados cargados de una fuerte dosis de rebeldia. Escribo poesia y no leo tanto como deberia, de lo poco que conozco Bukoswki y Machado son los que me han gustado con diferencia.

Charles Bukowski (1920-1994) fue el último escritor "maldito" de la literatura norteamericana. Ha sido comparado con Henry Miller, Céline y Hemingway, entre otros autores, y ha inspirado numerosas películas como Barfly de Barbet Schroeder y Ordinaria Locura de Marco Ferreri. Durante cinco décadas, sus libros fueron mordientes crónicas de sus propias experiencias personales le ganaron millones de devotos lectores en todo el mundo. Pero como él mismo indica en alguno de sus libros autobiográficos (como en su diario o en el relato de su gira europea) fue en Europa donde lo descubrieron. Los lectores americanos siempre tuvieron miedo. En un artículo publicado en el periódico californiano San Francisco Chronicle se puede leer la siguiente reseña: "Ningún escritor norteamericano contemporáneo ha descalificado el sueño americano con tanta perseverancia como Charles Bukowski." Seguramente fue por la osadía de Buk que surgieron sus lectores en América: murió en una gran casa de Hollywood a los 73 años. Vivía con una hermosa mujer y estaba rodeado de gatos.


Charles Bukowski nació en Andernach, en Alemania, en 1920. Lo trasladaron a los dos años a Los Angeles, donde residió siempre. Su infancia estuvo marcada por constantes enfrentamientos con su padre y desaveniencias con su madre, en un entorno familiar acosado por la violencia, el paro y el enrarecido ambiente patriótico norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial. También estuvo marcada por una terrible infección de acné en la piel, que le dejó marcas en la cara para el resto de su vida, y por su afición al boxeo y a las bibliotecas. Durante muchos años sobrevivió en la jungla urbana, entre empleos episódicos, peleas y borracheras sin destino. Durante muchos años, y tras un breve paso por la universidad, se ganó la vida con trabajos manuales temporales, espaciados por los periodos de vacaciones que se tomaba cuando tenía suerte en las apuestas del hipódromo, afición que reflejó continuamente en su obra. Empezó a escribir cuentos muy joven pero, tras un primer relato publicado por una revista en 1944, abandonó la literatura por un espacio de diez años, en los que sentó los cimientos de su leyenda alcohólica.Empezó a publicar poesías y relatos cortos en revistas underground, hasta que a los 49 años, después de haber trabajado los últimos 20 en el servicio de correos (como repartidor), dejó el trabajo y se dedicó sólo a escribir, su fruto fue Cartero (1970), su primera novela. A ésta seguirían otras cinco, todas protagonizadas por Henry «Hank» Chinaski, alter ego del propio Bukowski. El éxito lo convirtió en escritor de culto y poco a poco su popularidad se extendió más allá del nuevo continente. Las lecturas de poesía y esporádicos viajes (uno de ellos a Europa, visitando su pueblo natal y reencontrándose con familiares lejanos) convirtieron sus últimos años de vida en una constante lucha contra la comodidad y el aburguesamiento, y fruto de ello publicó Peleando a la Contra, un auténtico testamento oficial y la auténtica biografía de Charles Buk

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket
Sus primeras obras se publicaron en la década de 1960 en editoriales y revistas underground; a esta época pertenecen colecciones de poemas como «Crucifijo en una mano muerta» (1965) o la que para muchos es su mejor obra en verso, «Los días pasan como caballos salvajes sobre las colinas» (1969). La poesía de Bukowski, al que le gustaba vanagloriarse de haber escrito su primer poema con 35 años, está marcada por abundantes datos autobiográficos,. Nunca abandonó su producción en verso que, con los años, se fue haciendo más directa, más sobria, como en «El amor es un perro del infierno» (1974) o «La última noche de la tierra» (1992). Bukowski escribió más de treinta poemarios, que le han acreditado como gran poeta; sin embargo, pocos de sus poemas se han traducido al español.
Su primera novela, «Cartero» (1970), le permitió abandonar la oficina de correos en la que trabajaba. A ésta seguirían otras cinco, todas protagonizadas por Henry Hank Chinaski, alter ego del propio Bukowski, entre las que cabe destacar «La senda del perdedor» (1982). Los cuentos de Bukowski están reunidos en varios volúmenes. El más conocido, «Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones» (1972), recoge relatos aparecidos en varias revistas underground. La prosa de Bukowski es, si cabe, más autobiográfica, en un 90% según el propio autor, que su poesía, y es la que le ha dado fama entre los lectores de habla hispana; todas sus obras en prosa están publicadas en español. El alcohol, el sexo, la soledad y los aspectos más absurdos y sórdidos de nuestra civilización ocupan un lugar de honor en la obra de Bukowski, que siempre evitó los ambientes literarios; prefería los bares y las habitaciones lúgubres.


los mejores de la raza


no hay nada quediscutir no hay nada querecordar

no hay nada que olvidar
es tristey no es triste
parece que la cosa mas sensata que una persona puede hacer es estar sentada con una copa en la mano mientras las paredes blanden sonrisas de despedida
uno pasa a traves de todo ello con una cierta cantidad de eficiencia y valentia entonces se va
algunos aceptanla posibilidad de Dios para ayudarles en su paso
otros lo aceptan como es
y por estos
bebo esta noche.